lunes, 29 de febrero de 2016

¡Todos para uno y uno para todos!

¡Hola a todos! Hace tiempo que cree este blog, pero no había encontrado una entrada adecuada para inaugurarlo. Sin embargo hace unos días me enteré de una noticia muy interesante por su efecto en la actualidad pero también por su relación con el pasado.

La noticia en sí era un acuerdo al que se había llegado en el parlamento europeo de Bruselas, por el cual Reino Unido tenía permiso de la Unión Europea para discriminar a los trabajadores según su país de origen. La cosa es que Reino Unido desea abandonar el barco de la Unión Europea (siendo uno de los Estados creadores), y lo interesante es que ni con este acuerdo está asegurada su permanencia en la UE, ya que hay previsto un referéndum en los próximos meses. Visto esto, es una situación muy favorable para Reino Unido: si se van, era lo que querían; y si se quedan pueden hacer lo que les dé la gana en temas sociales, económicos y laborales con los trabajadores europeos no británicos.
A esto hago yo una pregunta: ¿Esto no va en contra de las leyes europeas que deben cumplir todos los Estados y ciudadanos de la UE? Pero entonces me doy cuenta de que recientemente me hice la misma pregunta. ¿Cuándo? A eso voy.

En Siria hay una guerra. No voy a tratar ni bandos, ni culpables porque podría dedicar un blog entero solo para eso. En las guerras hay refugiados, todos lo sabemos. La gente se va de un país en guerra porque tiene miedo, tiene miedo a que un día en medio de un combate le maten, o que un bombardeo derribe su casa, o las ruinas que antes eran su casa. La gente también se va porque en un país en guerra las necesidades básicas como la comida o la sanidad no se pueden cubrir ni al mínimo. Esta pobre gente que no tiene donde caerse muerta, huye de su país para venir a Europa, un lugar seguro, donde empezar una nueva vida sin miedo a morir en cualquier momento por una bala o una bomba. Europa es un sitio seguro, de eso no tenemos ninguna duda ¿pero fue siempre así?
Ahora mismo Europa la sobrevuelan aviones comerciales con cargados de turistas y hombres de negocios, satélites de televisión que nos permiten ver el futbol desde el calor y la comodidad de nuestro sofá. Pero si retrocedemos unos 70 años (hablamos de años, nuestros abuelos lo vivieron) podemos ver que no era así. Los aviones comerciales eran aviones militares alemanes, rusos, estadounidenses, británicos, etc. capaces de reducir ciudades como Varsovia, Stalingrado (Volgogrado en la actualidad), o Dresde a cenizas en cuestión de horas. En esa época el miedo vivía en Europa, y no fuera. Parece que ya no nos acordamos los europeos lo que es el miedo a la muerte violenta en una guerra, pero se decía que lo último que se oía antes de la muerte era la sirena de un Stuka (caza alemán de la SGM), ese sonido era el anuncio de una muerte. En Londres incluso sufrieron una muerte que no se anunciaba, el primer misil balístico de la historia, los cohetes V1 y V2 alemanes, capaces de superar la velocidad del sonido (a estos misiles no se les escuchaba llegar). Me meto en temas técnicos y militares por intentar reflejar de alguna manera el efecto psicológico de las armas en la población. Si yo me encontrara viviendo en una situación así, intentaría irme a otro sitio más seguro, tanto por mi integridad física como mental.
Eso es lo que hacen los refugiados que llegan cada día a las fronteras de Europa huyendo de la guerra que se libra en sus hogares, y lo que se encuentran aquí son controles militares, fronteras cerradas, alambradas kilométricas, incluso se usan gases lacrimógenos contra ellos, etc. Los países por los que entran en Europa cierran sus fronteras y los dejan viviendo a la intemperie, países como Austria, Eslovaquia, Croacia, Macedonia o Serbia (estos dos últimos no son miembros de la UE). Países que incluso hace 20 años vivieron una guerra en sus carnes y tiene un vivo recuerdo del terror, no son capaces de ver el terror en los ojos ajenos. Pero no solo países balcánicos, sino también países como Reino Unido impide la acogida de refugiados en su territorio, y vemos los campos de refugiados en Calais crecer cada vez más. Esta falta de humanidad es grave, es más grave todavía viniendo de países que han sufrido muy recientemente el terror y la destrucción de una guerra. Pero es más grave incluso si tenemos en cuenta que todo esto viola los acuerdos de libre circulación y los tratados que se acuerdan todos los meses durante el último año en el parlamento europeo.

Entonces me pregunto: ¿esto no va en contra de lo establecido por la UE? Sí. Y me vuelvo a preguntar ¿entonces qué utilidad tiene un órgano de gobierno supranacional como la Unión Europea? Ninguna. Me explico.
La UE tiene como antecedente la Sociedad de Naciones, creada tras el final de la PGM como un órgano de arbitraje diplomático que mantuviera el equilibrio y la estabilidad entre las grandes potencias de Europa. Según sus creadores debía ser el cambio de una Europa de imperios y potencias, a una Europa de países unidos y colaboradores. Pero todos sabemos cuál fue el resultado. Después de la SGM se creó la Unión Europea con una intención similar a la anterior, pero además se quería que Europa funcionara lo más parecido posible al Estado federal que es hoy EEUU. Y eso es imposible por algo muy simple, EEUU nace de las Trece Colonias británicas, 13 colonias que dan lugar a 13 estados. Estos estados compartían una lengua y una cultura común, pero es algo que en Europa no se produce, por ejemplo países como España o Italia no pueden competir a ningún nivel al mismo ritmo que Finlandia o Noruega. Los países europeos poseen culturas demasiado diferentes como para trabajar al unísono persiguiendo un mismo fin, y eso es algo que la Historia nos ha enseñado desde hace 2000 años.


Un órgano supranacional en Europa es inútil, se vio con la Sociedad de Naciones y se está viendo con la Unión Europea. Creo que hay que aceptarlo y destinar esos recursos a temas más importantes para cada país.