lunes, 13 de junio de 2016

Asirios, Bismarck y España

Ha pasado ya un tiempo desde que mi profesora de Historia Antigua me contó que los asirios tenían la concepción de que la Historia era un fenómeno cerrado, un ciclo, que se repetía una y otra vez. Al principio me pareció algo absurdo por completo, una concepción mística de un pueblo antiguo… pero cada día que pasa veo que estaban en lo cierto, al menos en lo referente a España.

¿Por qué digo esto? Fijándome en los últimos dos siglos de la Historia de España se puede ver el mismo ciclo caótico. Solo la invasión de Napoleón y una dictadura de 40 años han sido capaces de unir al país casi por completo y hacerle avanzar como nación. Pero entre esos dos cortos periodos de lucidez, vemos lo mismo que se puede ver ahora en la tele, cambios de turnos políticos, corrupción, luchas internas, división, etc… Todo esto se repite una y otra vez, con Fernando VII, con Isabel II, con las repúblicas, con la Guerra Civil. Ya lo dijo el señor Bismarck hace mucho tiempo: “Estoy convencido de que España es el país más fuerte del Mundo, lleva siglos queriendo autodestruirse pero todavía no lo ha conseguido.” ¡Y tenía toda la razón! La división política española, anteriormente reflejada en los turnos políticos al frente del gobierno entre moderados y progresistas en época de Isabel II, ocasionaba que cada uno gobernara para sí mismo, un partido hacia y el otro deshacía cuando llegaba al gobierno y vuelta a empezar. Ahora nos encontramos 200 años después y funciona igual, solamente vemos políticas de partido antes que políticas de Estado consensuadas con todas las fuerzas políticas, los políticos se centran en el “y tú más” antes que en el “yo voy a hacer”. Otro aspecto que se repite, y en mi opinión es uno de los más preocupantes, es la violencia hacia las personas que piensan diferente, no llevamos ni tres días de campaña electoral y ya hemos visto insultos, amenazas, agresiones, rotura de propaganda electoral, o una furgoneta electoral (sí, estas que tienen megafonía y dan vueltas por los pueblos) escoltada por motos de la policía. ¿Acaso el país no ha aprendido nada de una Guerra Civil ocurrida hace 80 años? ¿No se ha dado cuenta que esto no lleva a ninguna parte? ¿Realmente merece la pena agredir a alguien solo porque piensa diferente a ti? No quiero generalizar por supuesto, hablo de hechos aislados completamente, que no representarán ni a un 1% de la población, pero hace falta muy poco para que una chispa se convierta en un incendio. Es difícil no ver como se repite una y otra vez la misma historia.

Y con esto también se relaciona la situación política actual. Hace 6 meses hubo unas elecciones que dieron unos determinados resultados, y tras meses de negociaciones, la clase política fue incapaz de llegar a un acuerdo para formar gobierno. ¡Así que otras elecciones! Esto puede parecer normal, pero en mi humilde opinión, mi voto al igual que el del resto de españoles, no es erróneo, no tiene ningún problema, no está mal. ¿Entonces por qué hay que votar otra vez? Porque a la clase política no le ha gustado lo que ha votado la gente, y quieren otras elecciones para ver si esta vez le gusta más. Pues a esto digo: los votos están bien, los resultados están bien y son los que son; y no es el pueblo quien está supeditado a la clase política, sino la clase política quien está supeditada al pueblo, por ello lo que está mal no son los resultados, sino la clase política, y por ello es lo que urge cambiar antes.

Que conste que intento hablar siendo lo más imparcial posible, no hablo de ningún partido en concreto, sino de azules, rojos, morados y naranjas. 

Con esto solo quiero decir, que va siendo hora de que España tenga unos dirigentes a la altura del pueblo y a la altura de España, que sepan anteponer las necesidades del país antes de las necesidades (o deseos) de su partido o de sí mismos, y por el momento yo no los veo.

lunes, 29 de febrero de 2016

¡Todos para uno y uno para todos!

¡Hola a todos! Hace tiempo que cree este blog, pero no había encontrado una entrada adecuada para inaugurarlo. Sin embargo hace unos días me enteré de una noticia muy interesante por su efecto en la actualidad pero también por su relación con el pasado.

La noticia en sí era un acuerdo al que se había llegado en el parlamento europeo de Bruselas, por el cual Reino Unido tenía permiso de la Unión Europea para discriminar a los trabajadores según su país de origen. La cosa es que Reino Unido desea abandonar el barco de la Unión Europea (siendo uno de los Estados creadores), y lo interesante es que ni con este acuerdo está asegurada su permanencia en la UE, ya que hay previsto un referéndum en los próximos meses. Visto esto, es una situación muy favorable para Reino Unido: si se van, era lo que querían; y si se quedan pueden hacer lo que les dé la gana en temas sociales, económicos y laborales con los trabajadores europeos no británicos.
A esto hago yo una pregunta: ¿Esto no va en contra de las leyes europeas que deben cumplir todos los Estados y ciudadanos de la UE? Pero entonces me doy cuenta de que recientemente me hice la misma pregunta. ¿Cuándo? A eso voy.

En Siria hay una guerra. No voy a tratar ni bandos, ni culpables porque podría dedicar un blog entero solo para eso. En las guerras hay refugiados, todos lo sabemos. La gente se va de un país en guerra porque tiene miedo, tiene miedo a que un día en medio de un combate le maten, o que un bombardeo derribe su casa, o las ruinas que antes eran su casa. La gente también se va porque en un país en guerra las necesidades básicas como la comida o la sanidad no se pueden cubrir ni al mínimo. Esta pobre gente que no tiene donde caerse muerta, huye de su país para venir a Europa, un lugar seguro, donde empezar una nueva vida sin miedo a morir en cualquier momento por una bala o una bomba. Europa es un sitio seguro, de eso no tenemos ninguna duda ¿pero fue siempre así?
Ahora mismo Europa la sobrevuelan aviones comerciales con cargados de turistas y hombres de negocios, satélites de televisión que nos permiten ver el futbol desde el calor y la comodidad de nuestro sofá. Pero si retrocedemos unos 70 años (hablamos de años, nuestros abuelos lo vivieron) podemos ver que no era así. Los aviones comerciales eran aviones militares alemanes, rusos, estadounidenses, británicos, etc. capaces de reducir ciudades como Varsovia, Stalingrado (Volgogrado en la actualidad), o Dresde a cenizas en cuestión de horas. En esa época el miedo vivía en Europa, y no fuera. Parece que ya no nos acordamos los europeos lo que es el miedo a la muerte violenta en una guerra, pero se decía que lo último que se oía antes de la muerte era la sirena de un Stuka (caza alemán de la SGM), ese sonido era el anuncio de una muerte. En Londres incluso sufrieron una muerte que no se anunciaba, el primer misil balístico de la historia, los cohetes V1 y V2 alemanes, capaces de superar la velocidad del sonido (a estos misiles no se les escuchaba llegar). Me meto en temas técnicos y militares por intentar reflejar de alguna manera el efecto psicológico de las armas en la población. Si yo me encontrara viviendo en una situación así, intentaría irme a otro sitio más seguro, tanto por mi integridad física como mental.
Eso es lo que hacen los refugiados que llegan cada día a las fronteras de Europa huyendo de la guerra que se libra en sus hogares, y lo que se encuentran aquí son controles militares, fronteras cerradas, alambradas kilométricas, incluso se usan gases lacrimógenos contra ellos, etc. Los países por los que entran en Europa cierran sus fronteras y los dejan viviendo a la intemperie, países como Austria, Eslovaquia, Croacia, Macedonia o Serbia (estos dos últimos no son miembros de la UE). Países que incluso hace 20 años vivieron una guerra en sus carnes y tiene un vivo recuerdo del terror, no son capaces de ver el terror en los ojos ajenos. Pero no solo países balcánicos, sino también países como Reino Unido impide la acogida de refugiados en su territorio, y vemos los campos de refugiados en Calais crecer cada vez más. Esta falta de humanidad es grave, es más grave todavía viniendo de países que han sufrido muy recientemente el terror y la destrucción de una guerra. Pero es más grave incluso si tenemos en cuenta que todo esto viola los acuerdos de libre circulación y los tratados que se acuerdan todos los meses durante el último año en el parlamento europeo.

Entonces me pregunto: ¿esto no va en contra de lo establecido por la UE? Sí. Y me vuelvo a preguntar ¿entonces qué utilidad tiene un órgano de gobierno supranacional como la Unión Europea? Ninguna. Me explico.
La UE tiene como antecedente la Sociedad de Naciones, creada tras el final de la PGM como un órgano de arbitraje diplomático que mantuviera el equilibrio y la estabilidad entre las grandes potencias de Europa. Según sus creadores debía ser el cambio de una Europa de imperios y potencias, a una Europa de países unidos y colaboradores. Pero todos sabemos cuál fue el resultado. Después de la SGM se creó la Unión Europea con una intención similar a la anterior, pero además se quería que Europa funcionara lo más parecido posible al Estado federal que es hoy EEUU. Y eso es imposible por algo muy simple, EEUU nace de las Trece Colonias británicas, 13 colonias que dan lugar a 13 estados. Estos estados compartían una lengua y una cultura común, pero es algo que en Europa no se produce, por ejemplo países como España o Italia no pueden competir a ningún nivel al mismo ritmo que Finlandia o Noruega. Los países europeos poseen culturas demasiado diferentes como para trabajar al unísono persiguiendo un mismo fin, y eso es algo que la Historia nos ha enseñado desde hace 2000 años.


Un órgano supranacional en Europa es inútil, se vio con la Sociedad de Naciones y se está viendo con la Unión Europea. Creo que hay que aceptarlo y destinar esos recursos a temas más importantes para cada país.